

Informe especial
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2015 Proyecto de Formación Profesional para los Jóvenes del
Pacífico
Milron Belo
Utilizar las técnicas aprendidas en Taiwán para
proporcionar una vida mejor a mi familia
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Entrevista
Milron Belo, de Islas Salomón, tiene
24 años de edad, y era uno de los 30
participantes del Proyecto de Formación
Profesional para los Jóvenes del
Pacífico 2015. En esta promoción, los
jóvenes participantes llegaron a Taiwán
desde países lejanos como Kiribati,
Islas Marshall, Nauru y Palaos. En los
tres meses que duraron los cursos de
capacitación, recibieron instrucción y
formación especializada en ingeniería
eléctrica, mecánica automotriz y
carpintería, respectivamente.
Actualmente, Milron es estudiante de
Carpintería de la Universidad Nacional
de Islas Salomón. Siente devoción hacia
la carpintería, no sólo ha creado un
taller comunitario en su tiempo libre y ha
trabajado en el negocio de productos
artesanales en madera, sino que todavía
mantiene un sueño de realizarse en la
carrera de carpintería. Al preguntarle
cómo se ha enterado de este programa,
Milron nos comentó que en 2008,
cuando todavía era un estudiante de
secundaria, ya había oído hablar de
los proyectos de cooperación agrícola
ejecutados en las Islas Salomón y las
becas de TaiwanICDF. “Casi todos los
estudiantes de la secundaria habían
oído alguna vez de TaiwanICDF, por lo
tanto ¡cuando me enteré de que existe
programa que ofrece apoyos financieros
a los estudiantes locales para aprender
carpintería en Taiwán, me apunté
inmediatamente!”, comenta con mucho
entusiasmo.
Enfatizar paralelamente la enseñanza
teórica y el ejercicio práctico
El Proyecto de Formación Profesional
para los Jóvenes del Pacífico es un
trabajo encomendado por el Ministerio
de Relaciones Exteriores, y está dirigido
a los países amigos del Pacífico.
TaiwanICDF trabaja junto con el Sucursal
Regional de Taichung-Changhua-Nantou
de la Agencia de Desarrollo de Fuerza
Laboral para realizar la capacitación
a los participantes. Normalmente, las
sesiones de la mañana son asignaturas
de especialización profesional, dictadas
en forma presencial con debates en
grupo; mientras que durante la tarde,
se realizan prácticas en las fábricas. Un
instructor con abundante experiencia
da las explicaciones e instrucciones en
directo, utilizando en forma dinámica los
cinco pasos de metodología didáctica:
preparación, explicación, demostración,
práctica y evaluación. A través de estos
pasos, los alumnos lograrían dominar
esas técnicas a la perfección. Durante
el proceso, el instructor también prepara
los materiales adecuados al nivel de
habilidad y el contexto cultural de los
participantes, de modo que el diseño de
los cursos sea personalizado y práctico,
sin dejar de ser un reto para cada
alumno.
Milron dice sonriendo que a pesar
de que ya cuenta con muchos años
de experiencia en la carpintería, lo
que hacía era más bien algo rústico y
artesanal. Por ejemplo, antes de elaborar
el producto, aunque realizaba algún
bosquejo sencillo en un papel, no sabía
manejar las herramientas profesionales,
como es la regla o el compás, para
traspasar el diseño a la madera, y
frecuentemente resultaban productos
distorsionados. Las instrucciones de
los docentes taiwaneses no sólo le
permitieron ampliar el conocimiento
sobre las herramientas y la metodología
de trabajar la carpintería, sino también
logró desarrollar una idea más profunda
sobre la comercialización de los
productos en madera y las diversas
formas de emprender un negocio
exitoso.
“Quiero llevar todas las técnicas
que he aprendido en Taiwán a mi país
y ayudar a mi familia a tener una vida
mejor”, lo ha dicho Milron con sus ojos
brillantes. Milron encarna la calidez de la
carpintería, y de este modo transmitirá la
grata experiencia vivida en Taiwán hasta
el otro lado del Pacífico. Este programa
no sólo ha iluminado la vida de un joven,
sino también ha ayudado a un país a
cultivar un nuevo talento.