

Informe especial
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“El estereotipo que marca la vida
de los jubilados es que siempre andan
paseado y viajando por todas partes.
A mí me gusta viajar, pero me gustaría
más experimentar otras culturas,
mantenerme vinculada con la sociedad
y tener contacto con la gente”, comenta
Chu Wen-ling, voluntaria de enseñanza
del inglés de TaiwanICDF en Nicaragua.
Hablando de su plan de jubilación, ha
hecho muchas cosas, desde conseguir
los Certificados de Guía de Turismo y
de Responsable de Viaje en Lengua
Inglesa, prestar servicio como guía
voluntaria en Cihu (traducción literal
“Lago Benévolo”), hacer una maestría,
hasta involucrarse en las actividades
de TaiwanICDF y marchar hacia un
país lejano a trabajar como voluntaria.
Añade con entusiasmo: “¡Debe haber un
espíritu bohemio en mí, que brota de vez
en cuando! Además, mi marido y yo nos
dejamos mucho espacio el uno al otro; lo
que me da libertad para elegir una vida
diferente en este “segundo tiempo”.
“Al principio lo que quería era
aprender bien el español, pero luego
me he enamorado de la música latina y
la salsa…”, Chu Wen-ling, con 30 años
de experiencia previa en la enseñanza
de inglés en una escuela segundaria,
explica sonriendo sobre el motivo de su
decisión de ir a Nicaragua a enseñar el
inglés. Según su observación, existen
varias dificultades por las que los
alumnos que quieren aprender inglés se
echen para atrás, por ejemplo, la falta
del personal docente para la enseñanza
del inglés, las escasas horas asignadas
para la materia, y sobre todo, la
conexión a internet no está generalizada
y los libros y revistas relacionados al
aprendizaje de inglés son escasos y
caros. Los estudiantes que quieren
mejorar su nivel del inglés tienen que
estudiar en las escuelas privadas o
pagar una cuota extra para aprenderlo
en algún instituto de idiomas.
Es así como ha tenido que aprender
el español para enseñar de manera
eficaz la lengua inglesa, ya que tenía
que comprender las dificultades de
los alumnos a la hora de aprender la
pronunciación y gramática del inglés.
Asimismo, ha utilizado materiales
didácticos que eran elaborados
por ella misma para incentivar el
interés de estudio de los alumnos, y
también ha organizado una actividad
escolar basándose en la idea de la
“conglomeración espontánea” (flash
mob) que implicaba cantar canciones
en inglés.
Es imprescindible tener pasión, salud
física y preparación psicológica
Chu Wen-ling vivió un año en
Nicaragua, ha habido llantos por
alguna enfermedad que la ha atacado
repentinamente, ha habido frustraciones
cuando el porcentaje de asistencia
de los alumnos era baja, y también ha
habido momentos de angustia por no
haber podido involucrarse en la vida
local a causa de su nivel de español.
Pero gracias a su actitud positiva y
optimismo, paso a paso, ha podido
acomodarse. Siempre se recuerda a sí
misma que está sola en un país lejano
viviendo como una extranjera, la pasión
en sí no es suficiente, la salud físico
también es muy importante, pero sobre
todo, la preparación psicológica. Lo
que uno debe comprender es “cómo
congeniarse consigo mismo, y es bueno
practicar algunos hobbys que sean
interesantes para sí y para los demás,
los que no sólo nos ayuda a sentirnos
bien estando solo/a, sino que también
nos ayudan a interactuar con otras
personas.”
De acuerdo a su propia experiencia,
señala que aquellos que sueñan trabajar
como voluntario en el extranjero tienen
que tener el consentimiento de su
propia familia, haciéndola conocer el
lugar donde van a prestar servicio, el
contenido de su servicio y el impacto
que puede tener su contribución tanto
para el país anfitrión como para uno
mismo; deben dejarse comprender para
ahuyentar posibles preocupaciones, y
lograr que la familia se sienta orgullosa.
Secundariamente, tienen que ponderar
si poseen la capacidad de vivir solo y si
son capaces de solucionar por sí mismo
los posibles problemas que surjan. Por
otra parte, uno tiene que tener respecto
y disponibilidad suficiente para poder
aceptar una cultura diferente, porque
esta actitud le permitirá adaptarse con
facilitad a la vida en el extranjero, y más
aún, disfrutar de la cultura ajena.
“Esta experiencia en Nicaragua ha
enriquecido mi vida, haciendo que
tenga más historias para compartir
con muchas personas, quizás pueda
ponerme a escribir un libro, crear un club
de salsa, salir a bailar salsa o bachata
y probar platos nicaragüenses. Y por
supuesto, con mi mochila en la espalda
y mi cámara en la mano, seguiré mi viaje
de aprendizaje.” Durante la entrevista,
sabemos que Chu Wen-ling mantendrá
toda esa energía y esa actitud serena
para vivir su futuro.
Enseñanza del inglés en Nicaragua
Chu Wen-ling, voluntaria
Con mi mochila en la espalda y mi cámara en
la mano, seguiré mi viaje de aprendizaje
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Entrevista