Asistencia internacional para el desarrollo
Aunque el gasto total de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD) aumenta año tras
año, la falta de armonía entre las partes involucradas, el hecho de no haber tenido
claramente definidas las necesidades reales de los países socios, además de la
injerencia de múltiples factores políticos, todo impiden el alcanzar de la meta de
desarrollar una política efectiva de ayuda exterior.
Como consecuencia de lo arriba indicado, la comunidad internacional de asistencia
ha establecido una serie de cambios tanto en la política como en la metodología de
ayuda exterior y ha solicitado a la comunidad internacional que asigne los recursos
de la manera más efectiva y racional posible, que refuerce la gestión de los proyectos
y que la ayuda exterior también sea más efectiva.
Enfoque orientado a los resultados y a los
socios
En septiembre de 2000 la ONU se hizo cargo y
publicó la “Declaración del Milenio”, en la que establecía
ocho “Objetivos de Desarrollo del Milenio” (ODM).
También, fijó el año 2015 como fecha límite para que
los principales organismos de ayuda exterior realizaran
una inversión eficaz de los recursos. Las organizaciones
de cooperación y desarrollo económico también se
centraron en mejorar la eficacia de la ayuda exterior y
desde el año 2003 han celebrado cuatro “Foros de Alto
Nivel sobre la Eficacia de la Ayuda”. En uno de estos
foros, la “Declaración de París” propuso formalmente
cinco importantes directrices de ayuda al exterior y doce
indicadores de rendimiento, sosteniendo que la ayuda
debería implicar una armonización apropiada entre
las partes, una distribución adecuada de los recursos
de entrada y ajustarse al principio de la “orientación a
resultados”. También, hacía hincapié en que el trabajo se
centraría en los países socios. Tras los acuerdos reflejados
en la “Agenda de Acción de Accra (AAA)” de 2008, se
establecieron cuatro puntos principales que servirían para
intensificar la aplicación de la “Declaración de París”: 1)
Previsibilidad: Suministro de información periódica de la
ayuda planificada; 2) Sistemas: Utilización de los sistemas
de los países socios para prestar ayuda; 3) Condicio-
nalidad: Utilización de los recursos para la ayuda en
función de los objetivos de desarrollo de los países socios,
y por último; 4) Desvinculación de la ayuda: Mitigación de
las restricciones con respecto a la utilización de la ayuda
en materia de adquisición de bienes y servicios.
La aparición de un nuevo tipo de ayuda con
énfasis en incrementar la eficacia
En los últimos años, el mundo se ha visto afectado
por repetidos desastres naturales. Los precios del petróleo
y las materias primas se han disparado. Por si fuera poco,
una crisis financiera occidental ha provocado una recesión
económica mundial. Como resultado, los principales países
donantes de ayuda exterior a nivel mundial, han sufrido
una crisis financiera y se han visto obligados a reducir los
gastos públicos destinados a presupuestos para la ayuda
exterior.
Esta situación, además de afectar a la estructura de la
potencia mundial, ha alterado de forma indirecta la manera
en que se desarrollaba tradicionalmente la ayuda exterior.
Por ejemplo, la “relación entre socios”, que implicaba
la ayuda exterior, se está diversificando a diario. Los
nuevos donantes de ayuda son diferentes a los definidos
tradicionalmente. Esto se puede ver en los países que
forman parte de la “Cooperación Sur-Sur.” Organizaciones
de sociedad civil y grupos del sector privado se han unido
a los esfuerzos de ayuda, dando lugar a un incremento
tanto en los tipos de ayuda exterior como de los canales
de colaboración.
Ante lo anteriormente expuesto, en noviembre de
2011 la OCDE celebró el “Cuarto Foro de Alto Nivel
sobre la Eficacia de la Ayuda” en Busán (Corea del Sur),
en el que los participantes se propusieron armonizar los
diferentes modelos de ayuda y de trabajo. En el foro se
continuó defendiendo el espíritu de la “Declaración de
París”, se afirmó el principio de eficacia de la ayuda y
además, se hizo hincapié en el hecho de que la labor de
desarrollo para la ayuda futura, debe estar en consonancia
con la “Declaración de París” y elevar el nivel de eficacia
de la ayuda de forma que incremente la capacidad de
independencia del países receptores.
07