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En la Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible del
septiembre de 2015, 193 representantes de los países
miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU)
fueron testigos de la definición de la agenda titulada:
“Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible”. Esta agenda contiene 17 Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas, lo que
implica un compromiso formal de todos los países del
mundo para conducirse conjuntamente hacia los mismos
objetivos de desarrollo sostenible.
Al reflexionar sobre este proceso, las acciones y
estrategias futuras de un desarrollo global sostenible ya
estaba determinada cuando la ONU anunció una serie de
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2012, como la
continuación de la agenda para los Objetivos de Desarrollo
de Milenio (ODM), hasta culminar con el informe “El
camino hacia la dignidad para 2030”, pronunciado por el
Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon en diciembre
de 2014.
En julio de 2015, la Asamblea General de la ONU
refrendó el documento final de la Agenda de Acción de
Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional
sobre la Financiación para el Desarrollo, la cual no sólo
provee políticas recomendadas para la recaudación
de fondos necesarios que darán financiación a las
diferentes metas de los ODS, sino también establece
un consenso sobre la administración eficiente de los
recursos financieros. Por otro lado, en diciembre del
mismo año, durante la Vigésima primera Conferencia de
las Partes (COP21) de la Convención Marco de Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), 196
firmantes (195 Estados y la Unión Europea) consensuaron
sobre los compromisos de controlar el incremento del
calentamiento global por debajo de los 2ºC hasta el fin
de este siglo y de inyectar 100.000 millones de dólares
anuales para las necesidades de los países en desarrollo
hasta el 2020, los que recibirán inspecciones de avance
cada cinco años. Estas medidas permiten al mundo
sostenerse en los ODS a la hora de combatir el cambio
climático.
Es así como la orientación estratégica, la recaudación
de recursos y el alcance de los ODS se van acercando
a su culminación. La clave crucial de su éxito reside en
la alianza mundial, para que todos los países del mundo
pongan en práctica las acciones implicadas en los ODS
de manera conjunta y solidaria.
Marchar hacia un futuro sostenible, un desafío
para la sabiduría del mundo
Según el Informe de 2015 sobre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), la población mundial de
pobreza extrema se ha reducido desde el 47% del 2000 a
un 14%, la tasa de mortalidad materna ha disminuido en
un 45% a nivel mundial y la tasa mundial de mortalidad
de niños menores de 5 años también ha disminuido a la
mitad, lo que muestra un logro significativo. A pesar de
aquello, aún existen trabajos inconclusos que se deben
continuar, por ejemplo, la problemática de la desigualdad
de género sigue siendo importante, la brecha entre las
zonas rurales y zonas urbanas va en aumento, así como
el cambio climático y la degradación ambiental continúan
empeorando. Por otro lado, en relación a la tendencia
demográfica, la población planetaria alcanzaría los 9.000
millones de habitantes para el año 2050. El progresivo
envejecimiento de la población incrementará la demanda
de los servicios de salud. Asimismo, el acelerado
crecimiento de la población joven de los países en
desarrollo derivará en problemas de carencia de recursos
educativos y de puestos de trabajo. Estas tendencias
implican que los desafíos y riesgos a enfrentar en el futuro
serán cada vez más complicados.
Los ODS han determinado objetivos de amplio
alcance, frente al mundo futuro, nos ocupamos de
cómo integrar continuamente las valiosas experiencias
Bienvenida al primer año del desarrollo global sostenible
Prólogo del Presidente